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1/30/14

La protección de los propóleos: Una nueva perspectiva del pegamento de las abejas Por Dr. Wyatt A. Magnum American Bee Journal

La protección de los propóleos:
Una nueva perspectiva del pegamento de las abejas
Por Dr. Wyatt A. Magnum
American Bee Journal
Finalmente, el calor y la humedad del verano cayeron como una venganza. Me había resguardado bajo un cobertizo para sudar a la sombra mientras quitaba los propóleos de un montón de cuerpos de colmena vacíos. Tras un par de días realizando este monótono y aburrido trabajo mis manos estaban doloridas hasta los huesos. Incluso se me formó una ampolla en la palma de la mano derecha de utilizar la espátula como rascador. La época de floración había terminado, liberando de sus tareas a cientos de abejas pecoreadoras. Mientras limpiaba otro cuerpo de colmena, aburrido hasta la saciedad, imaginé que estas ociosas abejas encontrarían otra tarea –recolectar resina de los árboles, que utilizan para la elaboración de los propóleos una vez dentro de la colmena. La buena fortuna favorecería a estas abejas. En vez de perderse por los bosques en busca de resina, tarea incierta que lleva su tiempo (he podido observarlas buscando en árboles altos porque suelo escalarlos), un premio instantáneo se encontraba cerca: mi montón de propóleos rascados. Y fieles a si naturaleza perceptiva, docenas de abejas lo encontraron. Como era de esperar, mostraron un entusiasmo incesante y decidido, masticando y cogiendo pequeños trozos de propóleos del montón, almacenándolos en sus bolsas de polen y llevándolos a la colmena. Lo mejor de todo es que podían volver a por más.

Así que allí estábamos, los actores de una comedia en una especie de extraña competición involuntaria: yo rascando aquellos molestos desechos, con la ampolla molestándome a cada pasada de la espátula, frente a los escuadrones de abejas trabajando como una cinta transportadora aérea, acarreando su tesoro oculto de pequeñas bolas de sustancia viscosa hasta la colmena –una versión de los propóleos del ciclo de la vida.

Aunque intento no trabajar en contra de mis abejas, no suelo preocuparme por los propóleos en las colmenas ya que sé que lo necesitan (y la nueva investigación científica que se describe más adelante lo demuestra en mayor detalle).

Además, durante años mi política ha sido la de si necesito rascar los propóleos de colmenas activas (durante la inspección de las mismas), los dejo en el colmenar para que las abejas los recojan, una práctica poco habitual en la apicultura (aunque a menudo las abejas los ignoren). Yo dejo el montón de propóleos en un lugar que no le dé mucho el sol y protegido de la lluvia ayudando así a que se caliente, lo que hace que el material sea más fácil de manipular, y permanezca seco. Dejo el montón tal cual ha sido rascado (sin comprimirlo en bolas compactas). Esto ayuda a las abejas a masticar mejor los trozos. En ocasiones las abejas también mastican trozos de desechos de panales y los llevan de vuelta a sus colmenas almacenados en las bolsas de polen de la misma forma que hacen con los propóleos. Estos panales poseen un alto contenido en propóleos, lo que probablemente estimula el comportamiento recolector (en vez de reciclar la cera de la forma que lo hace la Apis florea, ya que la Apis mellifera no muestra este comportamiento). Además, los panales son más fáciles de desmantelar para las abejas ya que poseen muchos bordes desde los que masticar. Esta intensa recolección sugiere una pregunta interesante con respuestas obvias y sutiles: ¿Dónde colocan los propóleos las abejas?

© El Colmenar

1/20/14

La apicultura genera actividad económica en el 63% de los pueblos andaluces.Carmen Reina

  SIERRA DE CADIZ  Cádiz  LocalidadAcumul.
KgActual
Kg
Alcalá del Valle2799,50933,00
Arcos de la Frontera1283,00
Bornos957,50
El Bosque864,50
Espera1602,00
Olvera3401,00621,50
Prado del Rey323,00
Villamartín643,00

11.872,001.554,00
El colapso de las abejas de la miel preocupa a los científicos
La actividad para obtener productos de las abejas y su servicio medioambiental está presente en 488 de los 776 pueblos de Andalucía.
Considerada como un tipo de ganadería, Andalucía es la comunidad autónoma con mayor número de colmenas: 527.885 que suponen el 22% del total nacional y el mayor censo de la UE.
Las abejas producen miel, cera, polen y sustancias de uso terapéutico en farmacología, además de prestar un servicio vital para la producción agrícola y la conservación del medioambiente con la polinización de las plantas.
Al hablar de ganadería, lo habitual es pensar en vacas, ovejas, cerdos y otros animales de gran porte. Pero existe un tipo de ganadería, catalogada como tal y extendida por toda Andalucía, que pasa desapercibida para para el gran público y que, sin embargo, vertebra la actividad económica de centenares de municipios andaluces: la apicultura.
Y es que la actividad apícola, la explotación de colmenas de abejas, está presente en 488 de los 776 pueblos de la comunidad autónoma, lo que supone el 63% de ellos. De hecho, Andalucía alberga 527.885 colmenas de abejas y es la comunidad con mayor número de ellas, con el 22% del total nacional en un país como España con el mayor censo apícola de la Unión Europea, según los últimos datos de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y ganaderos (COAG) enAndalucía.
Este tipo de ganadería que ha atraído de vuelta a los pueblos a emprendedores que han visto en su producción una posibilidad de desarrollo, tiene como actividad más conocida la producción de miel, que en Andalucía ronda las 7.000 toneladas anuales, cuando la media de consumo de esteproducto es de 500 gramos al año por habitante.

Miel, cera, polen y sustancias terapéuticas

Pero la actividad apícola también genera otros productos como la cera, de la que en Andalucía se generan 300 toneladas al año y el polen, con unas 100 toneladas anuales de producción. Y así, alrededor de todo ello, se genera una actividad económica que está presente en multitud de pueblos en diferentes comarcas de la geografía andaluza.
Así lo pone de manifiesto el mapa de Apicultores Andaluces que visualiza la localización de las producciones en la comunidad autónoma. Por provincias, según los datos de COAG, Almería encabeza el ranking con 754 explotaciones apícolas, seguida de Huelva con 430 explotaciones, Málaga con 429 más, otras 396 en Sevilla, 386 más en Granada, Jaén con 273, Córdoba con 229 yCádiz con 205 explotaciones.
Son los números que ponen rostro al desarrollo de un sector que “incide notablemente en la economía y el desarrollo rural”, según la propia Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. Pero además de la producción de miel, cera o polen, de las abejas también se extrae jalea real, propóleos y una de serie de venenos terapéuticos utilizados en farmacología, un conjunto de usos que hace que este tipo de ganadería a veces desconocida sea el eje de estudio en el Centro de Apicultura de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba y también en la cita anual que bajo el título de “Expomiel” reúne cada año en la capital cordobesa los últimos avances en la producción y promoción de la apicultura andaluza.

La polinización: un servicio vital para la agricultura

Junto a toda esa producción, el otro gran servicio de las abejas se define como fundamental y vital para la agricultura en Andalucía. Y es que sin la polinización de árboles y plantas que realizan estos animales, la producción de un sector esencial en la región como es la agricultura sería imposible. De ahí la importancia de cuidar la existencia de las abejas en el entorno agrícola y en el monte para la conservación del entorno natural.
La propia Junta de Andalucía destaca “el importante papel que tienen las abejas en la conservación del medioambiente, siendo la polinizaciónel mejor servicio que cumplen para la naturaleza y para el hombre”. Y es que las abejas, son responsables de polinizar el 80% de las plantas entomófilas(polinizadas por insectos), entre las que se encuentran numerosas especies silvestres y un gran número de cultivos.
Así, como productores y como conservadores del entorno medioambiental, los propietarios de explotaciones apícolas llaman también a la inversión y ayudas públicas en este sector, no sólo a la producción sino también a la investigación en enfermedades que afectan a las abejas.
En ese sentido, cabe destacar que, en el pasado mes de octubre, la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural ordenó el pago de las ayudas del Programa Apícola Nacional 2011-2013 correspondientes al año actual, cuyo montante total ronda los dos millones de euros. Estas ayudas tienen como principal objetivo mejorar la producción y la comercialización de este sector y se han concedido tanto a titulares de explotaciones apícolas andaluzas como a cooperativas del sector, organizaciones representativas y asociaciones de apicultores, según datos de la propia administración andaluza.

1/17/14

Una mirada en profundidad a las colonias de abejas en California, Suiza, China y Australia.


Entre el 50 y el 90 % de las abejas han desaparecido desde hace quince años . Esta epidemia de la violencia y a una escala fenomenal, se está extendiendo colmena a colmena en el planeta. En todas partes, el mismo escenario :
miles de millones , las abejas abandonan sus colmenas , para no volver jamás . Ningún cadáver cerca. No hay depredador visible.

Llegada a la Tierra 60 millones años antes que el hombre , Apis mellifera ( abeja de la miel ) es también indispensable para nuestra economía para nuestra supervivencia. Hoy en día , todos tenemos razón para estar preocupados : el 80% de las especies vegetales necesitan las abejas para polinizar . Sin ellos , no hay polinización, por lo que casi no hay frutas o verduras.
Hay sesenta años Einstein ya había hecho hincapié en la dependencia que une forraje para el hombre : "Si la abeja desapareciera de la tierra, el hombre tendría sólo cuatro años para vivir. "
La conciencia de nuestra responsabilidad se convierte en una urgencia vital para cada uno de nosotros .  
En este enlace podéis ver la pelicula

1/16/14

LAS ABEJAS DE NAPOLEÓN . Arturo Morgado García

< En 1804 Napoleón todavía es primer cónsul, pero ya sueña con establecer un régimen imperial y dotarse de una nueva simbología, para lo que pide consejo. Entre los diferentes animales que le proponen (elefante, león, águila, gallo) se decide finalmente por las abejas, porque siguiendo la afortunada fórmula de Cambacérès, ellas son la imagen de una república que tiene un jefe, es decir, de la misma Francia. En el entorno del futuro emperador se alude también a una idea antigua, muy cara a Virgilio y a los Padres de la Iglesia, que ven en las abejas un modelo para la sociedad humana. Pero la elección de las abejas también permite enlazar la nueva dinastía a los merovingios, lo que tiene una razón arqueológica ya que en 1653 se había descubierto en Tournai la tumba de Childerico, padre de Clodoveo, y entre los restos había numerosas joyas con la forma de un insecto, que fue considerado por los eruditos como una abeja, supuesto símbolo de soberanía, y nadie les había contradecido desde entonces. El tesoro fue ofrecido a Luis XIV por el emperador Leopoldo, y desde inicios del XVIII se conservaba en el Gabinete de Medallas y Antigüedades de la Biblioteca Real. De las treinta piezas en forma de abeja, solamente dos han llegado hasta nuestros días, pero los especialistas no se han puesto de acuerdo en su significado, hablando de moscas, escarabajos o cigarras, animal que para los pueblos de la estepa (y de ahí lo habrían tomado los germanos) era un símbolo de inmortalidad. Algunos han visto incluso un precedente de las flores de lis de los Capetos. Las abejas se convirtieron en un símbolo del Nuevo Régimen, y en su elección, igual que en la del águila, jugó un importante papel Dominique Vivant Denon (1747-1825), director del Museo Central de Artes.

El simbolismo de la abeja es inseparable del de la miel y la cera, dos productos vivientes que han jugado un papel considerable en las sociedades antiguas. Su producción, que se remonta a la protohistoria, explica porqué en numerosas culturas las abejas han sido asociadas a la idea de trabajo, paciencia, coraje, inteligencia y organización. La miel añade las ideas de dulzura, pureza y felicidad, y la cera, la memoria. Las abejas siempre fueron bien consideradas, los autores grecolatinos valoran su sobriedad, su ardor, su trabajo, su disciplina, su sentido del orden y del bien común, y se oponen a la avispa, voraz, perezosa, inútil y ladrona. Los Padres de la Iglesia las proponen como modelo a los monjes y comparan la colmena con el monasterio, valorando además su castidad, ya que según ellos solamente se acopla para procrear. La iconología del Renacimiento y del Barroco añade un nuevo elemento, comparando la colmena a un reino donde las abejas son los súbditos y el rey (no se pensaba por entonces que se trataba de una reina) el soberano. Será esta dimensión regia la que seduzca a Bonaparte.

Extractado de Michel Pastoureau, Les animaux célèbres, París, Arléa, 2008, pp. 245-250.