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This work is licensed under a Creative Commons Attribution-ShareAlike 2.5 Generic License. " Abejita Payoya " : DISTINTAS TÉCNICAS PARA CRECER EN CANTIDAD DE COLMENAS.

6/20/14

DISTINTAS TÉCNICAS PARA CRECER EN CANTIDAD DE COLMENAS.

Cuando se aproxima la primavera, es ya momento de tener planificada la cantidad de nuevas colmenas que queremos producir. Conviene tener claros los procedimientos que nos permitirán conseguir esa meta. Existen varias alternativas para incrementar el número de nuevas familias a partir de un colmenar ya existente, cada una de ellas tiene ventajas y desventajas de acuerdo con la situación particular de cada productor. No es lo mismo ser un apicultor o apicultora que cuenta como único tiempo libre los fines de semana y las vacaciones, que un productor que dispone de todo su tiempo.

No existe un método o manera de hacerlo que sea universalmente eficaz. El éxito depende de una serie de factores que deberán ser manejados correctamente. Vamos a intentar relatar las estrategias más sencillas y sus ventajas e inconvenientes. De cualquiera de las maneras se han de hacer una serie de elecciones sobre diferentes aspectos de la multiplicación.

Elección del momento de la temporada:

Un aspecto fundamental a considerar es la época que se considera válida para hacer crecer el apiario. Por cuestiones de tradición comúnmente se sostiene que sólo la primavera es el momento apropiado, pero el fin del verano (antes de que comience el pillaje) nos da también una excelente oportunidad que lamentablemente se deja de lado sistemáticamente.

Elección del sitio de multiplicación:

A su vez, conviene separar dos posibilidades:
o Hacer crecer el colmenar dentro del mismo, es decir, que las nuevas colmenas se queden en el mismo colmenar de donde se tomaron cría y / o abejas para formarlas.
o Llevar todas las nuevas unidades a un nuevo colmenar para "en teoría" evitar su despoblamiento.

Elección del tipo de reina:

Y por último decidir que se usará para cada nueva colmena:
-Reina Fecundada.
-Reina Virgen.
-Celda Real.
-Nada (cría normal de obrera: núcleo ciego)



Elección del método de multiplicación:

En principio se pueden señalar dos métodos de multiplicación :
o hacer núcleos (con cría)
o  hacer paquetes (sin cría)
Cada uno de ellos tiene gran cantidad de variantes, inclusive existe un método muy utilizado en California (EE.UU.) que es un híbrido entre un núcleo y un paquete ya que combina las ventajas de ambos.

Veamos las principales respuestas a estas preguntas:

¿Cuándo multiplicar el colmenar, en primavera o al finalizar el verano ?

Según indican los dogmas predominantes en apicultura, la única posibilidad de incrementar el apiario es durante el breve período de la primavera, que es cuando ocurre el crecimiento acelerado de las poblaciones de abejas. Sin ninguna duda, sería absurdo no aprovechar la oportunidad de dividir colmenas que de otro modo enjambrarían. Sin embargo, la disminución de la calidad de los pólenes primaverales en determinadas floraciones -debido a los avances de la ciudad y de una agricultura cada vez más intensiva- hace que las primaveras no sean lo que eran hace unos años, esta puede ser una de las causas que motivan el atraso en el desarrollo de las colmenas, si las comparamos con otras épocas.

¿Qué significa esto? Que cada vez con más frecuencia, los núcleos o paquetes hechos en primavera tienen menos posibilidades de transformarse en colmenas productoras de miel durante la misma temporada en que se confeccionaron. Es decir, que un núcleo o paquete hecho en Octubre o Noviembre, muy probablemente no tenga suficientes ciclos de cría como generar una población con tal cantidad de pecoreadoras que pueda aprovechar una mielada. De nada sirve llegar a la mielada con colmenas en crecimiento que tienen poblaciones medianas, ya que este tipo de familias tiene una mayoría de abejas de interior (nodrizas + cereras) y les faltan pecoreadoras, por lo que a pesar de lo excepcional que pueda llegar a ser la mielada nuestras colmenas en desarrollo no podrán sacar provecho de ella.

Normalmente se considera que una población de 10.000 abejas (aproximadamente 1 kg. Equivalente a las abejas adheridas a unos 4 cuadros) precisa 84 días (cuatro generaciones de cría de obrera) para transformarse en una colmena productiva. Si un núcleo o paquete se prepara a mediados Octubre, durante la primera semana de Enero habrá alcanzado este nivel poblacional, pero tengamos en cuenta que para esa fecha la mielada generalmente se encuentra en sus postrimerías. ¿Existe una solución? Claro que sí, consiste en adoptar un criterio de manejo que no es nuevo para muchos apicultores pero que es poco conocido, se trata de hacer lo que se llama «núcleos de fin de temporada» o «núcleos tardíos», a partir de colmenas que ya fueron cosechadas después de los últimos flujos nectaríferos. Esta modalidad de los núcleos mal llamados "tardíos" (mejor llamarlos super-tempranos, porque se anticipan 6 meses a la próxima temporada), sumada al cambio de reinas en colmenas a fin del verano, será  una de las claves para llegar a esa apicultura de primer nivel por la que toda su vida trabajó el Dr. Israel Werthein.

Estos núcleos, que se pueden hacer durante Febrero y Marzo, más o menos según las distintas zonas, mediante alimentación con jarabe de maíz de alta fructosa o jarabe de azúcar, tortas proteicas de levadura  un correcto tratamiento sanitario invernarán en óptimas condiciones y arrancarán en su desarrollo hacia fines de enero. A finales de Octubre, que es cuando puede comenzar a dividirse colmenas con cierta tranquilidad, respecto al inestable clima primaveral, estos núcleos "tardíos" ya serán cámaras de cría ansiosas por recibir su segunda alza.


¿Dónde multiplicar, en el mismo colmenar o trasladando los enjambres?. Sentido de la orientación y radio de vuelo de las abejas, su influencia en el crecimiento del colmenar:

Nos encontramos aquí con un punto clave. Cuando uno consulta a los expertos o lee los manuales de apicultura más conocidos se lleva la impresión de que para poder hacer núcleos, a partir de colmenas ya existentes, es imperativo contar con un segundo apiario, distante al menos 3 Km del que se sacarán las abejas. Caso contrario, esto es, hacer núcleos dentro del mismo colmenar sin llevarlos afuera, significaría arriesgarse a su despoblamiento. Esto es cierto si se utiliza uno de los métodos más conocidos, pero existen al  menos tres procedimientos que hacen posible multiplicar las colmenas en el recinto del mismo colmenar. Pensemos no sólo en aquellos apicultores que disponen de un único lugar, sino también en otros supuestos, como cuando la lluvia nos impide llegar  hasta alguno de los distintos apiarios donde habría que ubicar las nuevas familias ¿qué hacemos en estos casos?, ¿dejamos de hacer los núcleos sólo porque luego de confeccionarlos estos no pueden ser trasladados hasta otra ubicación? Si Ud. quiere evitarse esas molestias y está dispuesto a probar nuevas formas de trabajo, puede probar algunas de las siguientes técnicas.

Procedimientos para cuando los núcleos se hacen y se quedan dentro  del mismo colmenar:

Método A, división simple, por dos:

Consiste en dividir por dos una colmena dentro del mismo apiario, manteniendo cantidades parejas de población, cría y miel en ambas.

Se parte, al menos, de una cámara de cría bien poblada (aproximadamente con siete u ocho marcos de cría). Esta colmena se mueve para atrás o hacia un costado (nunca hacia adelante, después se dirá por qué) como mínimo un metro y medio. En su lugar se coloca una nueva cámara o un núcleo, del mismo color que la colmena que ocupaba ese lugar, donde pondremos tres o cuatro cuadros de cría, mayoritariamente abierta (sin opercular), mirando que no lleven la reina, que deberá quedar con el resto de la cría en una nueva posición. Se completan los espacios vacíos con cuadros obrados o con cera estampada. Unas 24 a 48 horas después de haber sido constituida la nueva colmena debe recibir una celda real madura o una reina fecundada enjaulada. Por el hecho de ocupar el lugar de una colmena que se trasladó a otra ubicación, el núcleo contará con un muy buen nivel de pecoreadoras y abejas adultas que cuidarán adecuadamente la cría, por lo tanto no habrá despoblamiento, ni cría muerta por enfriamiento. Decía que nunca hay que colocar por delante del núcleo la colmena de la cual se sacaron los cuadros que dieron origen a él porque captará las pecoreadoras y causará el  despoblamiento de la nueva familia.

Mientras tanto la colmena de la cual sacamos los cuadros, conserva la reina y la mayor parte de la cría sellada. Es verdad que ha perdido muchas pecoreadoras, pero en pocos días nacerán muchas abejas que aunque programadas por su edad para ser nodrizas, acortarán y/o saltearán su función para transformarse en abejas pecoreadoras. Una evolución de más de 40 millones de años ha permitido a las abejas desarrollar maravillosos mecanismos de supervivencia, y uno de ellos es esa extraña capacidad de  adelantar o atrasar su reloj biológico (rejuvenecer o envejecer) para cumplir tareas que según su edad cronológica teóricamente ya no podrían cumplir. Así,  las pecoreadoras pueden reactivar sus glándulas hipofaríngeas y cereras o abejas muy jóvenes disminuir su período como nodrizas y cereras para salir a pecorear antes si las necesidades de la colonia así lo requieren.

Dos a tres semanas después, la colmena que nos proporcionó cría puede ser movida nuevamente y darnos otro  núcleo adicional. Llegar a esto implica tener reinas muy prolíficas, excelente nivel sanitario y si fuera el caso suministrar jarabes estimulantes o de sostén, complementados con algún sustituto de polen. Como ven este método es seguro, no se arriesgan colmenas, tiene como desventaja que solo se puede producir un núcleo por colmena cada vez.

Método B: división triple, de una, dos ó tres más:

Es una modificación del método anterior. Produce una división aun más drástica de la colmena, por lo que se recomienda primero probar con pocas colmenas hasta  familiarizarse con esta técnica.

El punto inicial puede ser una colmena que sea cámara de cría o doble cámara. Se busca la reina, para lo que se extraen los cuadros uno a uno, colocándolos al costado de la colmena en posición vertical. Una vez que se encuentra la reina ésta se reintroduce en la colmena junto con un sólo cuadro de cría, principalmente operculada, el resto de los espacios vacíos se completa con cuadros obrados o con cera estampada. El resto de la cría, con sus abejas adheridas (al menos 6 cuadros) y la miel, se coloca a razón de dos cuadros de cría más uno o dos de miel en núcleos o alzas con piquera reducida, que son trasladados a otro sector del colmenar. Esto nos permitirá formar unos tres núcleos con mucha abeja por nacer.

Cada uno de estos núcleos tiene, en proporción, pocas pecoreadoras y muchas nodrizas, por lo que suele ser muy útil el uso de jarabe en alimentadores internos Doolittle, que compensen la falta temporal de pecorea. En el lugar de la colmena queda un enjambre constituído por la mayoría de las abejas adultas, la reina y un sólo cuadro de cría. Si esta división se realiza al principio de la primavera, y se está dispuesto a sacrificar la cosecha de miel, puede volver a repetirse unos 30 a 40 días después y luego reiterarse una vez más hacia fin de temporada. De este modo, de cada colmena puede llegar a producirse una interesante cantidad de núcleos.

Una ventaja de este método radica en que debido a la gran proporción de abejas jóvenes, cada una de las nuevas divisiones aceptará con mucha facilidad las reinas fecundadas o celdas reales que se introduzcan. Deberá observarse con cuidado que los cuadros utilizados para las divisiones estén bien cubiertos con abejas y que durante unos diez días no les falte suministro de jarabe si es que no hubiera una buena entrada de néctar.

Método C: división múltiple ("abanico"), de una, muchas:

Se conoce como "método del abanico", su autoría corresponde a un apicultor francés llamado Pierre Jean Prost, quien lo incluye como parte fundamental dentro de un muy interesante procedimiento intensivo para la producción de miel.

Este procedimiento, en principio, es inverso al detallado en el punto anterior. Como siempre, se parte de una colmena bien poblada. Se van sacando los cuadros uno a uno hasta que se localiza la reina, una vez que se la encuentra se la vuelve a introducir en el alza acompañada por dos cuadros de cría operculada con abejas adheridas, para luego mover este conjunto a otro lugar del apiario (atrás o al costado por lo menos un metro y medio).

En el lugar de la colmena original, quedan varios cuadros de cría con abejas adheridas que se reparten  entre tres o cuatro núcleos o alzas (del mismo color que la colmena original) en forma de semicírculo . Las abejas pecoreadoras se distribuyen entre las tres o cuatro piqueras de estas nuevas familias. A las pocas horas se puede ver que alguno de los núcleos gana abejas con respecto a otro que queda menos poblado, en ese caso se cambia el núcleo más poblado al lugar del que tiene menos abejas y viceversa, así quedan aceptablemente equilibradas y parejas las poblaciones.

La conveniencia de este procedimiento es, que a diferencia de los anteriores se consigue que todas las nuevas divisiones tengan una cantidad uniforme de cría, abejas de interior (nodrizas y cereras) y pecoreadoras. Mientras que la parte que conserva la reina en unos 40 días se habrá recuperado y nuevamente será una cámara de cría. Hay una salvedad, y es que este método no resulta práctico para quien esté dispuesto a emplear sólo celdas reales, la razón es obvia, al encontrarse las piqueras de tres a cuatro núcleos en forma de semicírculo separados por no más de 15 a 20 cm, si usamos celdas reales para tener las nuevas reinas corremos el grave riesgo de que cuando estas realicen los vuelos de fecundación se confundan de piquera al regresar y sean matadas por las abejas de un núcleo que no es el suyo. Por eso y para no tener problemas, este método requiere la utilización de reinas fecundadas.

Método E : Paquetes de abejas

Un paquete es el equivalente a un enjambre artificial, en el que se procura reunir un grupo de abejas obreras que pese entre 1 Kg (8.000 abejas) y 1,3 Kg (12.000 abejas), con una reina enjaulada. Sin embargo, entre un paquete y un enjambre natural existen diferencias, como estas :

-En un enjambre natural suele haber unas 15.000 obreras, de las que un 80% son cereras a punto de convertirse en pecoreadoras. Esto explica la gran capacidad de labrar panales que poseen los enjambres. Por otra parte los enjambres, en su gran mayoría, llevan reinas de 2 años, que serán reemplazadas poco tiempo después de instalarse en la nueva colmena.

-En un paquete hay menos abejas que en un enjambre. Estas abejas obreras son principalmente nodrizas, a punto de transformarse en cereras y la reina de un paquete siempre es nueva.

¿Qué significan estas diferencias desde el punto de vista práctico? Que el enjambre, al tener abejas más viejas, no precisa de alimentación en forma de jarabe ya que sus integrantes son potenciales pecoreadoras. Sin embargo las abejas del paquete son nodrizas, con una gran capacidad para alimentar larvas, más que para salir a pecorear, aunque gracias a la gran flexibilidad para el cumplimiento de tareas por edad, podrían hacerlo. Debido a esta inmadurez para la pecorea los paquetes deben ser constantemente alimentados con jarabe, al menos hasta que nazca la primera tanda de obreras.

El paquete de abejas sufre un punto crítico en su desarrollo 20 días después de haber sido instalado en la colmena. El motivo es que en ese momento existe un desequilibrio entre las edades de las abejas que lo componen, ya que hay mucha cría tanto larval como sellada, mientras que las abejas adultas originarias del paquete son ya bastante viejas, durante casi un mes no ha habido nacimientos de abejas nuevas ; las primeras nodrizas, hijas de la reina que va con el paquete nacen tarde para cubrir ese bache. Esta situación, que podría frenar el desarrollo del paquete, puede corregirse fácilmente si, 15 días después de instalarlo en la colmena, se agrega un cuadro de cría sellada, por nacer, que asegure la provisión de abejas nuevas en el momento oportuno.

Método Californiano : Combinación de paquetes de abejas con cuadros de cría:

Se parte de la base de que se tienen, al menos, dos colmenares, distanciados 3 km uno de otro. Uno que proveerá los paquetes y otro que suministrará los cuadros de cría y que al mismo tiempo servirá como lugar de instalación de las divisiones. Consiste en formar un núcleo que estará compuesto por 350 gr de abejas, un cuadro de cría sellada y un cuadro de miel.

En el colmenar que nos dará los paquetes, se procede a sacudir abejas a través de un embudo en una caja con tejido de mosquitero. Una vez que se tiene las abejas necesarias se llevan al apiario de donde se sacará la cría. Puede instalarse al pie del embudo un excluidor de reinas para garantizar que no se arrastra a esta de su colmena.

En el segundo colmenar se extraen 2 o 3 cuadros de cría sellada por colmena, sin abejas y sin buscar la reina. Como lo único que nos interesa es la cría, las abejas se sacuden en su colmena y si la reina estuviera en un cuadro será devuelta a la colmena sin necesidad de buscarla. Una vez que tenemos los cuadros se colocan a razón de cuatro de cría y cuatro de miel en un alza, sobre ellos se vuelca un paquete de 1,4 Kg de abejas. Al día siguiente se toma un cuadro de miel y otro cuadro de cría ambos con abejas adheridas y se colocan en alzas o núcleos, en cualquier lugar del apiario, se  les introduce una reina o una celda y se alimenta con jarabe si fuera necesario.

La ventaja de este método está en la distribución uniforme de las abejas y en su desorientación que facilita su posterior instalación en distintas partes del colmenar.


¿Qué usar: celdas reales, reinas fecundadas, reinas vírgenes o nada ("núcleos ciegos")?

Cada una de estas alternativas tiene aspectos positivos y negativos. Si bien lo más barato es hacer núcleos ciegos, ya que no se gasta nada, es  lo más caro por el desperdicio de recursos, la baja calidad de las reinas resultantes y la poca productividad de las colmenas hechas con este procedimiento.

Pero como soy criador de reinas, debo estar más que  precavido para que nadie piense que aprovecho este espacio para promocionar o vender reinas fecundadas. Por suerte este no es el caso, trataré de hacer una presentación objetiva de los hechos para que cada uno pueda decidir con libertad y  tener suficientes elementos de juicio.

Celdas reales:

En principio tienen la ventaja de un menor costo con respecto a las reinas fecundadas y a las reinas vírgenes. Cuando un apicultor compra celdas, o se las hace, debe tener en cuenta que hay un porcentaje de alrededor del 10% que no nacerán por mala manipulación, enfriamiento, golpes, etc.

Hacerse las celdas es relativamente sencillo, basta tomar una colmena seleccionada por sus buenas características de producción, resistencia a las enfermedades, docilidad, no enjambrazón, y ponerle un marco obrado oscuro y vacío en la zona de puesta de la reina. A los tres días se saca ese cuadro con postura y se coloca en un núcleo con dos cuadros de cría operculada, uno de miel y uno de polen y la abeja cepillada que quepa. Si lo alimentamos con jarabe este núcleo hará una cantidad variable de celdas reales, entre 10 y 30, dependiendo de la cantidad de abejas que lleve y del tiempo que haga. Se puede tener así un suministro de celdas reales de origen y edad conocida y en cantidades previsibles para programar la multiplicación del colmenar.

Además, hay que considerar la calidad de la fecundación, que será resultado de los zánganos que predominan en la zona donde se lleven la celdas para su introducción. Un aspecto fundamental es el porcentaje de fecundación real, no el esperado, en otras palabras: después de nacer, no todas las reinas vírgenes se aparearán satisfactoriamente; en un criadero industrial de reinas un porcentaje de fecundación aceptable ronda el 70%.  Para un criadero esto no es ningún problema, ya que se trabaja con pequeños núcleos de fecundación, que utilizan muy pocas abejas ( el equivalente a un cuadro ). Pero en un colmenar no tiene mucho sentido utilizar como núcleo de fecundación unidades (núcleos o colmenas) de cuadros estándar, que son caras en cría y abejas.

Si sumamos las reinas que no nacen de las celdas y las que fracasan en el proceso de fecundación, llegamos a que, a menudo, cerca de un 40% de los núcleos en que se introducen celdas reales no tendrán una reina en postura. ¿A qué nos lleva esto? A que 15 días después de la introducción de las celdas (cuando tendría que haber una reina en plena postura), tengamos que revisar varios núcleos para destruir reinas vírgenes y/o mal fecundadas o para  agregar cría abierta antes de introducir una nueva celda para evitar la aparición de obreras zanganeras.

Esto significa que para algunos núcleos transcurrirá más de un mes entre su formación y el inicio de la postura de la reina.  Para quien no conoce el manejo de la cría de reinas parecería que, según lo anterior, es más rentable producir reinas fecundadas que celdas reales. Nada más alejado de la realidad, ya que los costos de producción de las celdas reales son muy inferiores.

Reinas Vírgenes:

Hay gente que dice usarlas sin problema. Pero dan resultados irregulares. Plantean muchas dificultades para la manipulación individual de cada celda y para lograr un ambiente adecuado para el nacimiento y cuidado de las reinas vírgenes desde su nacimiento hasta la introducción en núcleos o colmenas.

Nada: "Núcleos ciegos":

Parece mentira que este siga siendo un método para la multiplicación del colmenar, pero lo cierto es que lo es. Esta práctica es una de las principales responsables -junto con un mal manejo sanitario- de la bajísima productividad de muchos apiarios, como apuntan muchos apicultores observadores.

Un "núcleo ciego" se forma con 3 a 5 marcos -con miel, cría y abejas- pero sin reina fecundada, o no, ni siquiera con una celda real madura. Por tanto, las abejas del núcleo, al estar completamente huérfanas, deben ellas mismas criar una reina, a partir de larvas de obrera, que está presentes en los cuadros de cría que lleva el mismo núcleo.

Para algunos, el único inconveniente de este método es que los núcleos así formados tardan más días que un núcleo hecho de otra forma en tener una reina poniendo. Esa demora no sería importante si la calidad de las reinas criadas en estos núcleos ciegos fuera buena. La realidad demuestra que estas reinas son deficientes en su función de desarrollar una gran población, que es la base de una gran cosecha. Pero ¿por qué estas reinas, criadas en núcleos ciegos, resultan mucho menos prolíficas que las reinas producidas en un criadero de reinas o de las nacidas por el instinto natural de las abejas, que se manifiesta en dos casos : enjambrazón y reemplazo?
Algunas de las razones son las siguientes:

-El diámetro de la celda real:  la celda real artificial -empleada en un criadero - es de 9 mm, idéntica al diámetro de una celda real de





enjambrazón o de reemplazo. Este espacio permite desarrollar el aparato reproductor de la futura  reina en toda su plenitud, especialmente los ovarios. Cada ovario de una reina bien criada posee unas 180 ovariolas y el peso de esa reina debe ser -como mínimo- de 200 mg.
En cambio, la futura reina de un "núcleo ciego", ha sido criada en una celda de obrera, que tiene 5,25 mm de diámetro. Aunque las abejas destruyan una parte de las paredes y la amplíen el espacio puede quedar más limitado, lo que inhibirá la potencial expansión de su aparato reproductivo y producirá una reina con menos ovariolas, es decir, con menos capacidad de poner huevos.

-Tipo de larva alimentada : en un "núcleo ciego", las abejas huérfanas alimentarán con jalea real a numerosas larvas, algunas muy jóvenes -menos de 24 hs. de vida- mientras que otras larvas empiezan a recibir jalea entre 48 y 72 hs. después que eclosionaron del huevo. ¿Qué sucede entonces?, que muchas larvas que ya recibieron alimentación de obrera, repentinamente son alimentadas con jalea real, cuando su desarrollo estaba orientado para ser obreras. De estas larvas surgen formas reinas con alguna característica de obrera, menos eficaces en la tarea de poner huevos. Lamentablemente las reinas que nacen primero son las criadas a partir de larvas grandes, y estas destruyen las celdas reales de larvas más jóvenes, que recibieron jalea real desde la etapa más temprana de su desarrollo y que eran potencialmente mejores.

-Cantidad de abejas: se estima que son necesarias unas 250 abejas nodrizas para alimentar una larva de reina. En un "núcleo ciego" difícilmente existe tal cantidad de abejas nodrizas para la cantidad de celdas reales que son iniciadas.

Pocas veces se han investigado las causas de la pérdida de reinas en el vuelo nupcial -a excepción del gran criador -ya fallecido- Jacinto Naveiro. Se ha  comprobado que la deficiente alimentación  durante la etapa larval da como resultado reinas mediocres, que fallan en retornar al núcleo de fecundación.

Esperamos que las razones expuestas sean suficientes para comprender por qué el uso de los "núcleos ciegos" no es el método más eficaz para reponer bajas o hacer crecer el  colmenar, y para hacer pensar que la multiplicación puede hacerse por otros caminos con mejores resultados.

Fuente:http://www.malkaqueens.com

1 comentario :

  1. por lo que veo 3 años después de que esta persona se tomó el trabajo de escribir esto, yo lo leo, pero lo he leído. Tuve colmenas por 15 años y ahora hace 10 que dejé, pero en este momento me puse a recordar cosas porque he decidido empezar de vuelta con mis juveniles 61 años, tramitando mi jubilación. FELICITACIONES por el trabajo, ordenado, claro verdadero pues todo lo que dice me refrescó la memoria.mi nombre es Alfredo Garcia vivo en el departamento de Durazno, Pais Uruguay

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