Las abejas, después de permanecer todo el invierno sin salir de la colmena comienzan los vuelos de purificación, que se incrementan día tras día al estar el tiempo más soleado y cálido. Las obreras limpiadoras continúan con el aseo de la colmena, ahora un poco más a fondo.
Si en el invierno entró algún ratón u otro insecto, tan grande, que no lo pudieran sacar las abejas por la piquera, o porque pesa demasiado. Las obreras embalsamadoras, se dedican a recubrir el cuerpo intruso de una capa de propóleos; de esta forma, construyen un gran sarcófago donde el intruso queda alojado durante muchos años. Esta envoltura de propóleos hace de contención y de conservante, ya que impide la putrefacción del cuerpo embalsamado.
Las primeras abejas empiezan a nacer, la colmena ya dispone de las abejas nodrizas necesarias, para alimentar a las numerosas larvas que ya se encuentran en los paneles de cría.
Fuente:http://www.mielarlanza.com/
Fotos: by Pepe Barea Facebook
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